Dia 7
El Costo de Seguir a Cristo
“Mientras iban por el camino, alguien le dijo: “Te seguiré adondequiera que vayas”. Jesús le respondió: “Las zorras tienen guaridas y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza”. Lucas 9:57-58 NVI.
Algunos piensan que cuando Dios los guía, la victoria llegará primero. Sin embargo, olvidan que nuestro Señor fue crucificado primero, después de haber sido llevado al Calvario; solo después resucitó. Olvidan que Pedro también fue llevado a la cruz, y Pablo fue llevado a lugares donde fue azotado, golpeado, encarcelado y apedreado. Que algo salga mal en tu vida no significa que Dios no te haya guiado, ni que Él no tenga el control.
Pablo fue llamado por Dios a través de una maravillosa visión para ir a Macedonia y predicar el evangelio. Luego, al obedecer, terminó en prisión. Pero en lugar de cuestionar a Dios, eligió adorar al Señor con alegría. Desde lo más profundo de su sufrimiento. Nosotros también deberíamos ser como Pablo, dispuestos a alabar a Dios sin importar las circunstancias. Porque fue en un momento de alabanza que Dios aflojó las barras de hierro de su prisión. De igual manera, Dios no siempre aflojará tus barras hasta que aprendas a alabarlo en medio de tus tormentas.
Así que, adondequiera que Dios te guíe, síguelo. Jesús no tenía hogar, y seguirlo cuando anduvo por esta tierra significaba seguirlo en la indigencia. ¿Qué haría cuando lloviera o en el frío del invierno? Nadie dijo que seguir a Dios sería fácil, pero el Señor ha prometido que si lo haces, te bendecirá con vida eterna y te cuidará mientras vivas en este mundo.
Así que, si algo sale mal en tu vida, no cuestiones a Dios. En todo caso, deberías cuestionar tus motivos y tu propio corazón. Porque sabemos que Dios nos disciplina, y no está de más preguntarle al Señor si has tomado un camino equivocado cuando todo se desmorona. Entonces, si el Señor dice que sí, la salida es volver a encaminarte hacia la voluntad de Dios. Si Él dice que no te has equivocado, entonces la salida es cargar tu cruz. Y si Dios confirma que, como Job, no has hecho nada para merecer tu sufrimiento, entonces debes saber que Él tiene la intención de bendecirte al final, tal como lo hizo con Job. Esta es razón suficiente para regocijarse en medio de una prueba.
Oración
Señor, te seguiré adondequiera que vayas. Ruego no tener que sufrir si no es necesario. Sin embargo, si es para tu gloria y me llevas al sufrimiento, no te cuestionaré. Glorificaré tu nombre y predicaré tu amor entre los incrédulos, siendo un ejemplo de tu fidelidad al practicar mi fe en ti.