Dia 24
Sé prudente. Vela y ora.
“Luego vino a los discípulos y los encontró durmiendo, y le dijo a Pedro: ‘¡Qué! ¿No han podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación. El espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil’.” Mateo 26:40-41
Siempre que seas tentado, entra en oración de inmediato. Recuerda cómo Jesús nos instruyó sobre la oración: “Entonces les dijo: ‘Cuando oren, digan…’” Lucas 11:2
Luego, yendo directo al grano, termina la oración con estas palabras: “…Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.” (Lucas 11:4)
Así que, cuando seas tentado, ora de inmediato por liberación y sigue orando. Mantén tu boca enfocada en la oración en lugar de en palabras escogidas. Mantén tus manos juntas en lugar de obrar en pecado. Después de un tiempo, la tentación pasará y el Señor te fortalecerá para actuar en santidad. Como está escrito: «Pero él me ha dicho: Bástate mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad…» (2 Corintios 12:9 NVI).
¿Y por qué se perfecciona su poder? Porque en tu debilidad, le permitirás ser tu fuerza y obrar por ti, en lugar de intentar luchar contra la tentación con tus propias fuerzas. Jesús será tu fuerza. Solo necesitas fe. Como también leemos: «Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe» (1 Juan 5:4).
Tu victoria viene por la fe en la capacidad de Dios para ayudarte. Un cristiano fuerte no se define como una persona fuerte en sí misma. Más bien, los cristianos fuertes son débiles, pero tienen la capacidad de humillarse y admitir su debilidad. Solo parecen fuertes porque tienen a Dios como su fuerza.
Ahora bien, uno podría preguntarse: «¿Por qué Dios permite que tenga tentación? ¿Acaso no quiere que sea santo? ¿Por qué me daría la oportunidad de ser impío?». Dios permite la tentación para darte una opción. ¿Seguirás tu propio corazón o el de Dios? ¿Seguirás el corazón de Dios incluso cuando no te atraiga? ¿Lo amarás con sinceridad y purificarás tu corazón por medio de su Espíritu? Deja que Dios purifique tus palabras y tus acciones hoy. Elige obras que edifiquen en amor y palabras que sanen. Sé la imagen de Jesús.
Oración
Jesús, te pido que me des una firme convicción de mis pecados. Mi espíritu está dispuesto a honrarte siempre. Ayúdame cuando sienta la tentación de usar palabras que sé que no debo. Sálvame de las acciones de las que luego me arrepentiré. Sé que si mis manos obran en tu amor y a través de tu Espíritu Santo, no habrá nada de qué arrepentirme. Así que, por favor, recuérdame orar y contener la lengua cuando sienta la tentación de hablar mal. Que después, mi boca proclame tus alabanzas y no los malos pensamientos que tenía en mi mente. En el nombre de Jesús, amen.