Dia 10
¡Debes Evangelizar!
“Y les dijo: ‘La mies es mucha, pero los obreros pocos. Por tanto, rogad fervientemente al Señor de la mies que envíe obreros a su mies’.” Lucas 10:2 NVI
Cada uno de nosotros necesita tener un corazón de evangelista. ¿Has estado orando últimamente para que Dios te envíe al campo? Recuerda que dondequiera que Dios te tenga, hay personas a tu alrededor que necesitan su salvación. Ya seas conserje, director ejecutivo o ama de casa, estás rodeado de personas que necesitan ser transformadas por su amor.
Considera que, como padre, tus hijos necesitan al Señor. Sé un ejemplo brillante de su amor hacia ellos. Cultiva amistades con ellos para que te respeten. Porque es cierto que ellos respetan a un amigo más que a nadie. Así que, si te haces amigo de ellos, podrás guiarlos con mayor facilidad a seguir al Señor y a tomar las decisiones correctas.
Con respecto a aquellos con quienes trabajas, sé un ejemplo de la bondad amorosa y el gozo de Dios, sabiendo que está escrito: "¿O menosprecias las riquezas de su bondad, tolerancia y paciencia, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento?" Romanos 2:4 NVI
Muéstrales no solo pequeños actos de bondad, sino también actos profundos que los lleven a preguntar: "¿Por qué has hecho esto?". Entonces puedes responder: "Porque Dios te ama y se preocupa por lo que está pasando en tu vida". Pregúntate si has estado evangelizando como deberías.
A veces olvidamos hacerlo; y luego, con el tiempo, construimos amistades con aquellos a quienes deberíamos estar guiando a Cristo. No estamos llamados a ser sus amigos, sino a mostrarles su necesidad del Señor para que puedan convertirse en nuestros hermanos y hermanas.
Ponte a prueba en esto para ver si has estado obedeciendo a Dios como deberías. Orad para que el Señor envíe muchos obreros al campo para trabajar con vosotros, para que el incrédulo sea convencido por la presencia de muchos hermanos.
Oración
Dios, te pido que abras mis ojos a quienes me rodean y te necesitan. Elijo ser tu ejemplo, para que puedan ser guiados hacia ti. Pero también elijo compartir el evangelio con los incrédulos, porque sé que nadie puede ser salvo sin fe, y la fe viene por oír tu palabra. Señor, también te pido que me envíes a los fáciles: personas que se convertirán rápidamente porque ya están preparadas. Te pido también que estés con mis manos para labrar la tierra de los de corazón endurecido mediante tu amorosa bondad, para que puedan recibir la semilla del evangelio. Finalmente, te pido que traigas más miembros de la fe para que me ayuden en mis labores, para que mis esfuerzos sean más fructíferos al trabajar juntos para guiar a otros a tu amor. Te pido esto especialmente porque sé que muchas manos hacen el trabajo más fácil. Amen.